El orgullo pesa menos borracho y en sombras
- Gabriela Kesselman Lob
- 16 may 2018
- 1 Min. de lectura
Paula llegó cinco minutos tarde, y Mariano reaccionó con violencia. La sombra de ella llegó unos minutos tarde, pero a la de él no le importaron cuántos. Paula tiró sus llaves sobre la mesa, la alianza y un sobre cerrado. Mariano se apuró en recoger todo, como evitando un contagio. La sombra de ella se despojó de las cosas y, llorando, apoyó sus manos cansadas sobre la mesa. La de él las contuvo.
Paula y Mariano se miraron con desprecio, mientras sus sombras se lamentaban por la inevitable despedida.
—¿Algo más, querido? —preguntó Paula poniéndose de pie.
—Andate a la mierda, Paula —dijo Mariano.
—¿Nada más, no? —dijo ella con lágrimas en los ojos.
La sombra de él suspiró, llamó a la moza y pidió un par de tequilas.
Gabriela Keselman Mayo 2017
Comentários