Fernandito
- Paola Vicenzi
- 21 mar 2018
- 1 Min. de lectura
Era igual a Fernandito.
Los mismos ojos, el mismo pelo rubio y revuelto, la misma sonrisa.
Esa carita imposible de describir, pura sorpresa y emoción, mientras desde su cochecito miraba a los elefantes y movía los pies.
Era igual a mi bebé. Al que la vida ¾o la muerte¾, cruel, me había arrancado de un tirón.
Y así también lo hice yo, en un movimiento rápido y certero, en un instante de distracción.
Después de todo, me asistía el derecho a cobrarme el golpe recibido.
Era igual a Fernandito. Hoy es Fernandito.
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