Igualito
- Noemí Medina
- 20 mar 2018
- 1 Min. de lectura
Estar sola a los cuarenta tiene sus bemoles. Encontrar pareja se torna una actividad complicada. Casi todos los hombres de la misma edad están "felizmente" casados, son gays, o tienen hijos —y por lo tanto nunca se despegarán de sus ex. En una ocasión salí con un tipo apuesto, simpático, inteligente. O al menos lo parecía. Entre las preguntas obligadas de mi cuestionario invisible, está el tema de los hijos. —Uno solo: Damián, de cuatro años. Qué chiquitito, pensé. Sacó el celular y me mostró una foto. —¡Es igual a vos! No se puede negar que es tu hijo. Me miró serio. —No lo sé, y nunca lo voy a saber. —Me estás jodiendo: si es igualito a vos. De última, te hacés un ADN y listo. —No sirve, la muy hija de puta me engañaba con mi hermano.
Este cuento fue publicado en la Antología literaria narrativa II 2018 "Camino de letras", de Editorial Tahiel
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